
Hace unos meses fui a comprar un libro. Yo leo mucho sobre ciencia, pero cuando estoy muy cansado se me hace difícil entender algunos conceptos. Entonces fui a buscar algún libro fácil de entender y que me ayude a dormir mejor.

Quería una historia de alguien que quería alcanzar un sueño, entonces encontré dos libros, uno era de alguien que soñaba con ser cantante y el otro era alguien que soñaba ser escritor, decidí comprar este último. Lo que inclinó la balanza fue que en la tapa había la imagen de un casco de astronauta y el texto de la contraportada empezaba con esta frase: AHORA QUE TENGO TU ATENCIÓN…eso me gustó y lo compré.
Cuando lo empecé a leer vi que no era una sola historia, eran varias historias que no tenían nada que ver una con la otra. Me equivoqué al comprarlo, porque no era lo que esperaba, yo quería un libro de una sola historia, que:
1.- Cuente donde se encontraba el personaje.
2.- Que es lo que quería lograr.
3.- Lo difícil que se puso todo.
4.- Lo increíble que fue alcanzar su sueño.
Si la ciencia logra algo, es exactamente eso, hacerte pensar de forma estructurada, ser lo más lógico posible y encontrar el camino de la verdad, pero no te permite, simplemente, pasear y perderte en el camino.
Ese libro fue un error, pero fue de esos errores que no te llevan al lugar equivocado, sino, que te hacen dar cuenta de tú estabas equivocado. Que te permiten explorar algo que creías que no te gustaría nunca. Ahora me alegra haber cometido ese error, jamás habría elegido ese libro si hubiera sabido de que se trataba desde un principio.
Habían historias que me hicieron soltar algunas lágrimas, pero no sé si fueron de alegría o tristeza, hasta ahora no supe reconocer la diferencia, pero si de algo estoy seguro, es que me ayudaron a encontrar lugares dentro de mí que me faltaban explorar.
Cuando te equivocas descubres nuevas formar de entender tu mundo, nuevos caminos, nuevas formas de pensar que te hacen dudar si tus viejos pensamientos eran correctos o no.
El camino equivocado trae mucha incertidumbre a nuestras vidas, nunca estás seguro que puede pasar, por eso nadie quiere equivocarse porque saben que ese camino no te permite saber que hay más allá.

Por naturaleza hemos buscado seguridad, nos han enseñado que para dar un paso hay que estar seguros que todo va a estar bien, que así vamos a ser felices. Como si estuviéramos seguros que la felicidad para todos se encuentra en el mismo lugar.
Y con esto no quiero decirte que hagas cosas contrarias, a lo que te gusta hacer. A lo que voy es que le des oportunidades a terrenos nuevos: dale una oportunidad a la poesía, a la música clásica, al ajedrez, a una película sobre historia, a un curso de astrobiología, a ese idioma extraño que tal vez nunca te sirva, a esa biblia que está empolvándose en tu estante.
El hacer cosas que creías que no eran para ti, te ayuda a expandir tu mente, te traen paz, mejora tu autoestima, te permite conocerte en un nivel más profundo, te muestra nuevos horizontes, te trae nuevas pasiones, nuevas formas de vivir.
Tan solo intenta…y verás las cosas que descubrirás.