Seguro has escuchado a personas decir que prefieren la compañía de animales antes que la de humanos, y es probable que hayas visto muchos mensajes así en redes sociales. Pero, ¿por qué estas personas eligen a los animales? Muchos de ellos argumentan que los animales son leales, amigables, y nunca te traicionarán. ¿Son estas razones dignas de aplaudir?

Es cierto, hay muy buenas razones detrás de esta afirmación. Muchas personas han experimentado traiciones y decepciones por parte de familiares, amigos o parejas. Algunos padres han sido abandonados en su vejez, encontrando en sus mascotas el amor que no recibieron de los humanos. Hay niños que han tenido como compañero de infancia a un perro.

Sin embargo, es importante reflexionar sobre lo que significa depender emocionalmente de un animal. A diferencia de los humanos, los animales no cuestionan tu comportamiento ni te hacen comentarios sobre tu aspecto o personalidad. Un gato no te dirá si estás comiendo demasiado, y un perro no te pedirá que cambies tu carácter.

Es fácil comprender por qué algunas personas eligen esta forma de compañía. Las mascotas ofrecen amor incondicional y evitan comentarios hirientes. Pero, ¿qué pasa cuando basamos nuestra estabilidad emocional en algo que no nos desafía?

Los humanos somos difíciles

Las críticas y comentarios difíciles son parte de la experiencia humana. Al evitarlos, podemos perder la oportunidad de formar relaciones genuinas con personas que nos entenderán y empatizarán con nosotros. No todos los comentarios negativos son dañinos; a veces, son una realidad que debemos enfrentar para crecer.

Entender a las personas que prefieren la compañía de animales es crucial. A menudo, este comportamiento se convierte en un mecanismo de defensa para evitar ser heridos. Sin embargo, también puede ser egoísta, ya que implica no esforzarse por comprender a los demás, y hay algo que debemos entender muy bien: LOS HUMANOS SOMOS MUY DIFICILES Y COMPLICADOS

Y A pesar de las complicaciones humanas, necesitamos conexiones reales, comprensión y empatía, más allá del daño que nos hayan causado algunas personas. Debemos entender que la frase dice:
ERRAR ES HUMANO y no dice: ERRAR ES DE SERES VIVOS
Por que lastimosamente, somo los humanos lo que nos equivocamos, los que cometemos errores, los que fallamos a personas de nuestro entorno, pero a pesar de eso es saludable seguir interactuando con otros y poner de nuestra parte para poder crear nuevas conexiones con los demás.

Optar por relaciones humanas auténticas puede ser desafiante, pero es en estos desafíos donde encontramos crecimiento y satisfacción. Al final del día, el esfuerzo por comprender a los demás y formar conexiones significativas vale la pena. ¡Recuerda que la dificultad, diversidad y complejidad de las relaciones humanas nos enriquecen y nos hacen crecer como individuos!

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